1 Si no hubiera sido por el crédito adicional, los chicos no hubieras asistido el taller para promover paz, amistad y la buena voluntad en su comunidad. Se llevó un poco de torcedura de brazo por parte de sus maestros y padres antes de que cada uno estuviera de acuerdo en ir. Los cuatro chicos entraron al cuarto grande y soleado y vieron con sospecha a los adultos y a otros estudiantes que ya se encontraban reunidos ahí.
2 Todos los participantes del taller se sentaron ante una mesa redonda. Paul se deslizó en una silla de madera y se recargó, con los brazos cruzados en el pecho. Miró a su alrededor los otros con los ojos semicerrados. Era como una junta de las Naciones Unidas. "Esto no va a funcionar," pensó. Hizo un contacto breve con un adolescente de tez morena sentado enfrente de él, pero después de un momento incómodo, cada uno miró hacia otro lado para estudiar el amarillo pálido de las paredes adornadas con carteles de Paz para el Mundo.
3 Después de que se hicieron las introducciones, los chicos tuvieron una idea clara de sus diferencias. Paul dio un vistazo hacia atrás a Hakeem. Él era un musulmán devoto. Como Paul era un cristiano comprometido, no había una manera de que pudieran ser amigos. Luego estaba Jacob con su camisa de rayas azules y blancas. Él era judío. A Paul no le importaba mucho, pero imaginaba que Jacob y Hakeem serían enemigos naturales. Finalmente, entre todos los otros estaba Sigmund, un ateísta. En la opinión de Paul, La nariz larga de Sigmund temblaba con antagonismo. Con un suspiro hondo, Paul deseó encontrarse en la cancha de baloncesto con sus amigos en vez de este grupo. Recargó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Era una pérdida de tiempo.
4 -Ahora que hemos cubierto sus mayores diferencias,- dijo el corpulento anfitrión, -veamos si podemos descubrir similitudes. Ese es el primer paso para entenderse uno a otro. ¿En qué son todos ustedes iguales?
5 -Todos somos hombres, remarcó Paul durante el silencio que siguió a la pregunta.
6 Hakeem se burló.
7 El anfitrión, el señor Edmunds, parecía contento en esperar a que los chicos respondieran correctamente. Los chicos se vieron unos a otros con incertidumbre.
8 -Um.. me gusta la pizza,- Jacob ofreció tímidamente. Alrededor de la mesa, los chicos asintieron su acuerdo. Helados, gaseosas, nachos, y otras comidas favoritas les daban algo en común.
9 -Creo que a muchos de nosotros nos gustan los deportes,- Sigmund remarcó pensativamente. Si, eso era ciertamente verdadero. Algunos de los chicos sonrieron a otros.
10 -Muy bien, nadie se ría,- dijo Hakeem al ver a Paul con desafío, -pero yo amo a mi familia.
11 Paul se sintió avergonzado de no haber pensado esa respuesta primero. Todos los chicos estuvieron de acuerdo en que ellos amaban a sus familias. Tenía perfecto sentido que tuvieran eso en común. -Me enojo ante la injusticia- Paul espetó.
Paragraphs 12 to 33:
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