1 Durante más de 600 años, el Imperio Otomano estuvo en la cima del mundo. Durante su apogeo, controlaba un vasto territorio que incluía Anatolia, el Oriente Medio, el norte de África y el sudeste de Europa. En aquella época, nadie habría creído que un día el Imperio Otomano podría derrumbarse y caer de rodillas. Sin embargo, eso ocurrió. El 29 de octubre de 1923, nació un país nuevo: la República de Turquía. Su primer presidente, que también fue el padre fundador de la nación, se llamó Kemal Atatürk.
2 Kemal Atatürk nació en Salónica en 1881, y sus padres le dieron un único nombre: Mustafá. Cuando tenía siete años, su padre murió. Poco después de la tragedia, su madre mudó a toda la familia a vivir en una granja en las afueras de Salónica. Pero debido a que temía que Mustafá podría no recibir una buena educación allí, lo envió de regreso a la ciudad para que siguiera estudiando. Cuando se graduó de la escuela primaria secular, Mustafá decidió que quería seguir una carrera en el ejército (para disgusto de su madre). Para lograr su objetivo, se inscribió en una escuela secundaria militar donde sobresalió en lo académico. Impresionado por su inteligencia, su maestro de matemática le agregó un nombre: "Kemal" (que significa "el perfecto"). Después de eso, simplemente se lo conoció como Mustafá Kemal.
3 En 1905, Mustafá Kemal terminó sus estudios y fue enviado a su primera asignación en Damasco. Desde allí, lanzó su carrera militar y muy pronto subió de uno a otro rango. En varias ocasiones, debió enfrentarse a ejércitos mucho más fuertes y mejor equipados que el suyo. Sin embargo, de algún modo siempre se las arreglaba para salir victorioso. En la Batalla de Gallípoli, durante la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, contuvo con éxito a las Fuerzas Aliadas (comandadas por británicos y franceses) y salvó del peligro a Constantinopla (en ese entonces la capital del Imperio Otomano y actual Estambul). También, en la campaña contra Rusia, derrotó a los enemigos y recuperó varias ciudades. Estos dos eventos en particular convirtieron a Mustafá Kemal en héroe nacional. Muchos lo llamaban "el salvador de Estambul" y le otorgaron el título honorario de "pachá".
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