1 Esteban[b1] y Amber esperaban para que las palomitas terminaran a cocinar. Lentamente, los pops empezaron a cesar. Su abuela agitó el sartén con cuidado sobre el fuego. Por fin, los pops casi se habían cesado. Abuela apagó la estufa, quitó el tapón del sartén y sirvió las palomitas en un bol grande, llenándolo todo.
2 -MMM, huele muy rico,- dijo Esteban, oleando el aire alrededor del bol. -¿Podemos comer algunas mientras las colgamos en el árbol navideño?
3 -Oh, por favor, abuela,- suplicaba Amber.
4 -Sí, por supuesto. Pondré un poco en boles más pequeños para ustedes. Pueden disfrutarlo mientras las cuelgan juntas,- respondió abuela, mientras agarraba los boles en el aparador.
5 -¡Me encantan las palomitas,- dijo Amber al frotarse juntos los labios. -Es una merienda buena, abuela, ¿no?-
6 -Sí,- respondió. -Las palomitas no tienen muchas calorías ni grasa y le da a tu cuerpo su energía de la fécula que contiene.
7 -Esteban no necesita demasiada energía,- engañaba Amber a su hermano mayor. -Ya tiene suficiente.
8 -¡Y tú también!- Esteban regresó la engañada.
Paragraphs 9 to 24:
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