1 La maestra te hizo escribir un poema para la clase. Estuviste horas escribiendo, borroneando y escribiendo un poco más. Te dolía la cabeza de trabajar tanto, pero finalmente tenías un poema del cual enorgullecerte. Lo copiaste con prolijidad en una hoja limpia, le agregaste un título y tu nombre, y lo entregaste. ¡Y obtuviste la mejor calificación que jamás hayas tenido en esa clase!
2 ¿Te sorprendería enterarte de que ahora eres dueño de derechos de autor? ¡Es cierto! Cada vez que escribes algo original, eres dueño de los derecho de autor sobre eso. Podría ser una historia, un ensayo, la letra de una canción o hasta el logotipo de un nuevo producto que quieras vender. Si no copiaste el trabajo de otra persona, entonces posees los derechos de autor.
3 Tener derechos de autor significa que eres dueño de los derechos de tu obra. Es decisión tuya si alguien puede hacer copias de ella, exhibirla para que la vea la gente, publicarla o interpretarla en un espectáculo. Nadie puede hacer ninguna de esas cosas sin tu permiso. Tu obra es tuya y puedes hacer lo que quieras con ella. Si quisieras venderla, no querrías que la gente la tomara e hiciera copias gratis. Te molestaría que alguien tomara tu obra y la vendiera para ganar dinero. Los derechos de autor protegen tus derechos. Hacen que sea ilegal que alguien use la obra de un escritor o artista sin obtener primero su permiso. ¡El autor tendría derecho a demandar a la persona culpable en un tribunal!
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