1 En el siglo XVI, había un niño llamado Diego al que le encantaba ver a su madre freír huevos en una sartén. Le gustaba la forma en que el líquido viscoso se ponía lentamente blanco y gomoso con el calor. Con el tiempo, ese niño se convirtió en un gran artista. Pintó Vieja friendo huevos y el cuadro se veía tan real que uno casi podía oler el desayuno. Diego Velázquez se hizo famoso por sus pinturas fotográficas.
2 Diego Velázquez nació en Sevilla, España, en junio de 1599. Su familia era adinerada pero no se sabe mucho sobre su niñez porque vivió hace mucho tiempo. Creció con seis hermanos que sabían que su hermano era artista. La gente del siglo XVI comenzaba a capacitarse para sus trabajos cuando eran bastante jóvenes. El padre de Diego hizo arreglos para que el niño estudiara con un artista local llamado Francesco de Herrara.
3 Al padre de Diego le gustaba el maestro de su hijo pero, cuando Diego tenía 11 años, pensó que necesitaba estudiar con alguien nuevo. Entonces, Diego se convirtió en aprendiz de Francisco Pacheco. Las pinturas de Francisco no eran muy llamativas ni emocionantes pero le enseñó a su joven estudiante a pintar de manera realista. Velázquez estuvo con él cinco años y aprendió sobre perspectiva, proporción y equilibrio. Cuando era adolescente, también se enamoró de la hija de Pacheco y se casó con ella cuando apenas tenía diecinueve. Su maestro estaba encantado de que su brillante alumno se hubiera convertido en su yerno.
4 Diego se hizo fácilmente miembro de la asociación de pintores de San Lucas en Sevilla. Todos los artistas debían ser aceptados en esa asociación para poder comenzar sus propios talleres y obtener trabajos de las iglesias y el gobierno. Velázquez armó su negocio y su familia al mismo tiempo. Poco después tuvo dos hijas, pero sólo una sobrevivió.
5 Pintó temas comunes como vasijas, huevos y escenas de cocina. La de la dama friendo huevos se convirtió en una de sus pinturas más famosas. La mujer tiene un pañuelo blanco en la cabeza que se ve como si la tela pudiera caerse del cuadro. Los huevos en la sartén no están del todo cocidos, y las claras se ven resbaladizas y grasosas. Esas pinturas de cosas cotidianas se llamaban bodegones. Un "bodegón" era un lugar barato para comer, como una taberna, y de allí surgió el nombre.
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