1 ¿Cuál es tu sueño? ¿Quieres caminar por la luna? ¿Te gustaría entrenar delfines? ¿Qué te parecería ser chef en un restaurante elegante? ¿Alguna vez has pensado en hacer trabajo como misionero? Ese era el sueño de Narcissa Whitman cuando era niña. De pequeña, a principios del siglo XIX, Narcissa Prentiss desarrolló un carácter responsable. Cada día en el hogar de los Prentiss empezaba y terminaba temprano. Por la mañana, Narcissa se aseaba en su cuarto, y en algunas mañanas de invierno debía romper una capa de hielo en su lavabo. Era una estudiante destacada en la escuela a la que asistía, que tenía un solo salón de clases. Cuando cumplió 12 años ya podía cuidar a los niños más pequeños de su familia mientras fabricaba jabón y velas, horneaba, hilaba y cosía. Una de sus tareas favoritas era disecar manzanas. Lo que menos le gustaba era preparar oloroso jabón con grasa de oso y cenizas.
2 En una ocasión, dos misioneros fueron invitados a una cena familiar de domingo con los Prentiss y Narcissa quedó encantada con sus fascinantes historias. Ambos hombres habían viajado a tierras de indios, con la esperanza de enseñarles a leer, cultivar la tierra y cuidar de los enfermos. Sus relatos hablaban de misioneros que enfrentaban riesgos mortales como ventiscas, inundaciones y la posibilidad de ser asesinados por aquellos a quienes trataban de ayudar. Esas historias penetraron en su corazón y agitaron su deseo de hacer trabajo misionero.
3 Al finalizar la escuela secundaria en 1824, Narcissa trabajó como maestra durante once años. En cada uno de esos años, Narcissa envió su solicitud para un puesto como misionera. No fue sino hasta que se casó con el Dr. Marcus Whitman en 1836 que tuvo su oportunidad. Los Whitman, junto con algunas otras personas, se dirigieron hacia el oeste en una caravana de carretas que fue la primera en llegar al lejano Fort Boise, que luego se convertiría en el territorio de Oregon. Narcissa fue una de las dos primeras mujeres blancas que cruzaron el continente. En noviembre de ese año, el sueño largamente esperado de Narcissa se hizo realidad cuando ella y su esposo instalaron su misión entre los indios cayuse en Waiilatpu.
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