1 Quince personas se han arrojado intencionalmente a las cataratas del Niágara. Algunas se han arrojado dentro o encima de algún aparato. Sólo un puñado ha vivido para contarlo. A los que sobreviven a las cataratas muchas veces se los llama temerarios. Los que no, se llaman difuntos.
2 La primera persona que sobrevivió a un viaje en tonel por las cataratas del Niágara fue una mujer llamada Annie Edson Taylor, que celebraba su cumpleaños número cuarenta y tres con ese paseo.
3 ¿Por qué querría una mujer de su edad arrojarse a las cataratas del Niágara? Necesitaba dinero. Annie era una maestra de escuela viuda de Michigan. Había perdido todo su dinero dos veces y casi no tenía un centavo. Había pocas oportunidades para que las mujeres ganaran dinero en esa época. Annie sentía que su futuro lucía sombrío y quería más que su sueldo de maestra para mantenerse. Creía que ser la primera persona en hacer un viaje por las cataratas en un tonel le daría fama y también fortuna.
4 El tonel fue construido especialmente para la proeza. Se hizo de roble y estaba acolchado con cojines. Tenía cuatro pies y medio de alto y cuatro pies de ancho. Apenas cabía un adulto en él. Se fijaron un par de correas para los hombros en el interior a modo de arnés. El tonel vacío pesaba 160 libras. Annie tenía el mismo peso. ¿Podría haber sido sólo una coincidencia que las cataratas tuvieran también 160 pies de altura?
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