1 Jesse y Ethan caminaron a un lado de las hojas mojadas y en proceso de descomposición. Podían sentir el calor húmedo en su piel. Aspiraron el aroma pesado y dulce de la multitud de plantas. Al levantar la vista vieron la bóveda de los árboles. A su alrededor, se escuchaba el gorjeo de las aves, primates y los chirridos de los insectos. Estaba oscuro por donde caminaban, pero más adelante podían ver rayos de sol a través de los árboles.
2 -Esto es genial,- dijo Jesse. -Es como estar en un verdadero bosque pluvial.
3 Ethan paró y respiró hondo. -Me podría quedar aquí todo el día. Parece muy real.
4 -Si, yo también,- dijo Jesse. -Pero tenemos que recorrer el resto del museo. La señora Rusell quiere que llenemos esta forma mientras estamos aquí.
5 Ethan asintió con su cabeza con reluctancia. -Está bien, empecemos.
6 Los chicos abandonaron la estancia de bosque pluvial y empezaron la visita al museo.
7 -Oye, mira esto,- dijo Ethan parando para leer un letrero. -Dice que el bosque pluvial del Amazonas en el Brasil, cubre un área que es igual a dos tercios del tamaño de los Estados Unidos continentales. ¡Debe ser enorme!
8 -¡Nunca me imaginé que fuera tan enorme! Nosotros tenemos un bosque en la parte trasera de nuestra casa en el que te puedes perder. Imagínate si nos perdiéramos en la selva tropical. Nunca regresaríamos,- dijo Jesse emocionado.
9 -Tendríamos que vivir allí el resto de nuestras vidas. Quizá nos uniríamos a unas de las tribus que viven allí y aprenderíamos a sobrevivir.
10 Ethan tomó el brazo de Jesse. -¡Eso sería fantástico!- Jesse dijo mientras caminaban por las exhibiciones.
Paragraphs 11 to 35:
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