1 Juana de Arco era una niña francesa que creció en la granja de su familia, en el valle del río Mosa. Aprendió a hilar lana, a coser y a ayudar con otras tareas de la granja. Era una niña muy religiosa que amaba escuchar el diario repicar de las campanas de la iglesia.
2 Mientras Juana crecía, una terrible guerra hacía estragos en toda Francia. Francia e Inglaterra habían estado luchando por el control del país en forma intermitente ¡por casi cien años! En ese momento, Inglaterra estaba ganando. Ya controlaba gran parte del norte de Francia y la ciudad de París. Carlos, que debería haber sido rey de Francia, nunca había sido coronado y sólo gobernaba una pequeña región del sur de Francia. Se estaba quedando sin tropas ni dinero y su situación se estaba tornando desesperante.
3 Entonces Juana, que para ese entonces ya era adolescente, dijo que había estado oyendo voces y teniendo visiones. Sostenía que había visto a las santas católicas Catalina y Margarita y al arcángel Miguel. Decía que las voces de los santos le decían que fuera con Carlos y lo ayudara a convertirse en rey.
4 Juana creyó que esa era su misión. Primero, fue al pueblo cercano de Vancouleurs para ver al comandante militar del lugar. Al principio el comandante se rió de Juana, pero eventualmente ella lo convenció de tomarla en serio, y la acompañó a ver a Carlos.
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