1 Recordaré esos días por toda mi vida. Fueron algunos de los días más inquietos de mi vida. Sin embargo, de una manera un poco extraña, a la misma vez fueron algunos de los mejores.
2 Mi padre encendió la televisión y el radio para mantenerse sintonizado con todo lo corriente. Todos oímos el aviso a la misma vez. -El huracán Edna se está acercando al suroeste de una velocidad de 75 millas por hora. A los residentes de Longley Beach hasta el Cabo Sassafras se les urge que se evacuen al inmediato.-
3 -Vámonos,- dijo Papá urgentemente. -Ya nos vamos a ir.-
4 Por dos días, Papá había estado fijando tableros en las ventanas poniendo bolsas llenas de arena a lo largo de la fundación de la casa. Mamá juntó botellas de agua y comida no perecedera, manteles, y ropa extra. Mi hermana, hermano, y yo empacamos una maleta de emergencia. Mi corazón palpitaba como loco. Habíamos aprendido cómo prepararnos para el tiempo malo pero nunca habíamos tenido que salir de la casa. Estaba nerviosa y muy emocionada.
5 Dejamos nuestras cosas en el vestíbulo para que cuando Papá dijera, pudiéramos correr allí inmediatamente. Al agarrar nuestras maletas, fuimos al coche y todos subimos. -Esta no es una práctica, mis hijos. Un huracán puede causar daño grave. Recemos que no se destruya nuestra casa.-
6 Dije una oración en silencio mientras Papá manejó para atrás y se metió en un atasco. Parecía que todos habían oído el mismo aviso a la misma vez.
7 Papá escuchaba al radio mientras el locutor mantenía a todos informados. -Posadas de la Cruz Roja se disponen en los siguientes pueblos....- dijo el hombre. Papá decidió que trataríamos de ir a uno que queda en la parte norte del estado.
8 -¿Cuál es una posada de la Cruz Roja, Papá?- preguntó mi hermana.
Paragraphs 9 to 17:
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