1 Porric fue un pingüino. El no era cualquier pingüino. El era un verde, pingüino de China. Dónde un pingüino verdadero es negro, él era verde. El vivió en el extremo de un estante de libro, al lado de la ventana.
2 El se paró quieto. El quiso mirar a las personas por afuera. Porric le gustaba las mañanas del sábado. Eso fue el tiempo que Ann vendría y sacudiría cualquier polvo fuera de el. El le gustaba el brillo del sol.
3 Ann tuvo muchos pingüinos. Todos se pararon lado a lado en el estante. Algunos parecían que tenían vida. Ninguno de ellos se parecieron a Porric.
4 Parte de los otros pingüinos cacareó a él. Ellos esperarían hasta que la casa estuviera quieta. Ellos se reirían a veces o harían los chistes acerca de él. Porric no dijo nada. El no tenía boca. Ni una línea para mostrar donde su pico pudiera abrirse.
5 Había molestado Porric al principio, pero él aprendió a pensar en lugar. El no escuchaba. El solo soñaba que era real.
6 Ann dejó la ventana de su dormitorio abrierta. Ella había quitado el polvo de su cuarto, pero se había olvidado de cerrar la ventana. Entonces un viento comenzó a soplar.
7 Al principio, la cortina movió apenas un poco. Pronto movió más. Dentro de poco, empezó a batir realmente en el viento. Muchas veces se movió cerca de donde Porric estaba sentado en el fin del estante.
8 De repente, la cortina pareció envolverlo alrededor como una mano. Lo tiró del estante. Hacia abajo, hacia abajo, hacia abajo él cayó. Entonces él botó en la alfombra y giró bajo la cama.
9 Al principio, Porric tuvo miedo que él estaba roto. El se quedo quieto. Entonces él supo que estaba completo, pero él todavía no se podría mover.
Paragraphs 10 to 16:
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